Si cuidamos minuciosamente todos los detalles, abrir un restaurante puede ser una inversión muy rentable. Hay que acertar con la ubicación, ofrecer una carta de calidad adaptada al gusto del cliente, controlar los gastos fijos del negocio y prestar al cliente un servicio exquisito. Las cadenas de franquicias permiten acceder a un modelo de negocio ya probado, estudiado y que cumple con todos estos requisitos básicos para conseguir buenos resultados. El franquiciado, eso sí, debe implicarse en la gestión del negocio, ya que un restaurante exige sacrificio. De entrada, podríamos afirmar que cuantas más horas esté abierto un local y más servicios ofrezca, más fácil será cubrir los gastos fijos.
Un tipo de cocina bien implantado entre los españoles
La cocina italiana está sólidamente implantada en nuestro país. Lejos de ser una moda, esta gastronomía es ya casi parte de la dieta habitual de los españoles. Es por ello que a la hora de adentrarse en el negocio de los restaurantes uno italiano puede ser una buena opción. Dentro del sector de la franquicia, existen conceptos tradicionales, otros más innovadores, locales grandes de servicio en mesa o bien otros conceptos que apuestan por el quick-service. Su oferta gira en torno a las recetas típicas italianas: pastas, pizzas, carnes, verduras,pescados… La buena relación calidad-precio y el buen servicio al cliente son puntos básicos para que el restaurante obtenga una buena respuesta del público.
Franquicias del sector
La inversión inicial para abrir una franquicia de una de las cadenas que se desarrollan en España es por lo general elevada. Desde los 120.000 euros aproximadamente de Papizza hasta los más de 500.000 euros de La Piemontesa. La cifra varía en función del tipo de negocio, su oferta y su formato de local. El gasto en la adaptación del local y la maquinaria son las partidas que más peso tienen dentro de esta inversión, por lo tanto, a locales más grandes y que requieran más obra, mayor inversión. Lo mismo pasa con la maquinaria: hay franquicias que ofrecen un formato de negocio quick-service, donde prácticamente todo se prepara desde una cocina centralizada, por lo que no son necesarias grandes cocinas en el mismo local.
Papizza, por ejemplo, es un original concepto de restauración basado en la pizza al corte con un formato de local quick-service pero que cuida mucho los detalles: presentación de producto en vitrina, estética del espacio, preparación frente al cliente, etc. La marca forma parte del grupo de restauración FoodBox y oferta un producto rentable, que se vende muy bien y que atrae a todo tipo de clientes por su concepto de compra por impulso. Además es un negocio asequible, con una inversión comedida y que puede abrirse en poblaciones de todo tipo, sin importar el tamaño. La facturación de los locales va muy ligada al metraje del local y a la zona de implantación pero, por lo general, es un negocio rentable por el producto que comercializa y cómo lo hace.
Especializada en pizzas artesanales para llevar encontramos una nueva marca que se estrena en el mercado español: Le Kiosque à Pizzas. En Francia, su país de origen, cuenta con más de 300 puntos de venta. Sus establecimientos son kioscos de unos 15 m2 que imitan la apariencia de los típicos kioscos parisinos de periódicos. Se ubican en emplazamientos poco comunes donde otras cadenas de comida rápida no llegan: aparcamientos de centros comerciales y supermercados, gasolineras, en las afueras de centros de ocio… La inversión para el kiosco llave en mano es de unos 120.000 euros, todo incluido, una inversión reducida en el sector con una elevada rentabilidad.
Otra franquicia donde la pizza al corte es la protagonista, junto con la pasta, es la franquicia Mamma Mia Sapore Italiano. Un formato de negocio quick-service sencillo de gestionar y muy práctica para el inversor: se definen como Italian fast Food. Locales de diseño, de dimensiones reducidas y de fácil implantación. Desde su obrador central se producen diariamente más de 1.000 bases de pizza destinadas a su red de restaurantes. La inversión inicial para esta franquicia gira en torno a los 90.000 euros.
Otra línea por la que puedes decantarte a la hora de invertir en este sector son los restaurantes de servicio de carta en mesa, con locales más grandes. Restaurantes italianos que requieren inversiones más elevadas: vemos el caso de La Mafia se sienta a la Mesa, con una inversión inicial desde 340.000 euros; Ginos, por unos 325.000 euros iniciales; La Piemontesa, unos 520.000 euros; o La Nicoletta, con una inversión de unos 250.000 euros.