La enseña especializada en la venta y reciclaje de cartuchos de tinta pertenece al mismo grupo de franquicias que las cadenas de tiendas de informática BEEP y PC BOX.

 La rentabilidad es una de las características de la franquicia La Fábrica del Cartucho, cadena de tiendas especializadas en la venta y reciclaje de cartuchos de tinta. Así lo destacan sus responsables, quienes confirman que “los establecimientos de la firma entran en beneficio durante los primeros meses de funcionamiento”. Para ello, la central trabaja mano a mano con cada uno de sus franquiciados, “aportando todo lo necesario para asegurarnos que el negocio sea rentable lo antes posible”.

En esta línea, la central de La Fábrica del Cartucho presta, por ejemplo, una completa formación presencial y online y realiza constantes acciones de marketing offline y online. “Lo que intentamos en todo momento es que el franquiciado se sienta parte de nuestra familia, que la relación sea entre compañeros y, en muchos casos, de amigos”, señalan.

Los aspectos clave de la franquicia La Fábrica del Cartucho

Pero si hay otro aspecto clave y fundamental que asegura el buen funcionamiento de la franquicia La Fábrica del Cartucho es el hecho de pertenecer a un grupo fuerte en el sector de la franquicia con más de 500 puntos de venta en todo el territorio entre las marcas La Fábrica del Cartucho, PCBOX y BEEP. “Esto hace que tengamos acuerdos comerciales con las primeras marcas del mercado. Además, tenemos dos marcas propias que nos permiten vender al cliente final a unos precios muy agresivos. Todo esto hace que podamos garantizar márgenes de más del 50% en muchos artículos”, explican los responsables de la central.

También cabe destacar su oferta de productos y servicios, entre los que triunfa el reciclado insitu de cartuchos de tinta. “Con esto nos dirigimos a un cliente que, sea por precio o sea por el medioambiente, quiere reciclar su cartucho. Conseguimos dar a nuestro cliente todas las opciones del mercado y que sea él el que elija su opción: originales, reciclados de fábrica o reciclados in-situ”.

La inversión para poner en marcha uno de estos establecimientos es mínima, sobre los 15.000€, todo incluido. Se requiere un local pequeño, desde 20 m2, y al principio puede gestionarse por una sola persona.