Richard Branson es un todo un magnate de los negocios. Un emprendedor hecho a sí mismo que se ha convertido en un empresario de fama mundial gracias a su holding de empresas Virgin Group.
Con una fortuna de 4.700 millones de euros (según Forbes), Branson tiene incluso el título de Sir del imperio británico. Y es que este empresario inglés ha hecho de su marca un emblema internacional y él se ha convertido en un icono del capitalismo mundial.
El holding Virgin Group está formado por más de 60 empresas de sectores tan diversos como la banca, las telecomunicaciones, la salud, los gimnasios, la música, los trenes, la aeronáutica e incluso los viajes espaciales (una de sus últimas andanzas).
Pero Branson no es propietario de la mayoría de estas empresas, sino que participa en muchas de ellas como accionista. Su vinculación se debe a la explotación de la marca Virgin: cede el uso de su marca a otras empresas, creando así un conglomerado de compañías con ingresos millonarios del que se beneficia, pero sin grandes riesgos.
En definitiva, Virgin Group es un grupo inversor de growth capital con una marca reconocida a nivel mundial enfocado en empresas del sector de los viajes, el ocio, las telecomunicaciones, los medios de comunicación, la música, el entretenimiento, los servicios financieros y la salud.
De este modo, en muchas empresas que forman parte del grupo, como es el caso de Virgin Mobile Canada o Virgin Media, entre otras muchas, Branson solo recibe un royalty por el uso de la marca, sin tener acciones. Sí hay proyectos en los que tiene una mayor vinculación, controlando gran parte del accionariado, como es el caso de la aeronáutica Virgin Atlantic, de la que posee el 51% de las acciones, o Virgin Money, de la que posee en 35%.
INVERSOR EN STARTUPS
Además, Virgin Group es un inversor de venture capital en nuevos proyectos tecnológicos, teniendo ya en cartera unas 35 inversiones en nuevas compañías de internet, fintech, o economía colaborativa. “Cada día me encuentro con emprendedores ambiciosos que creen que su startup representa una alternativa a lo que la industria de su sector está ofreciendo. Por ejemplo, Uber, Hailo y SideCar son tres aplicaciones en el sector del transporte que me llamaron la atención. Virgin es una marca que aprecia los beneficios que aportan las startups disruptivas. Nos encantan los productos originales que marcan una diferencia positiva en las vidas de las personas y que presentan servicios que revolucionan los mercados. Es esencial invertir en estas startups y darles los fondos que necesitan para crecer en compañías que cumplan con su potencial”, explica Richard Branson.
SUS INICIOS
La historia empresarial de Richard Branson empezó cuando todavía era un adolescente. Abandonó sus estudios con 15 años, quizás en parte debido a su dislexia, un problema que le dificultaba el aprendizaje pero que también le valió para tener un enorme espíritu de superación y esforzarse al máximo en cada proyecto que lanzaba.
Con solo 16 años, Branson creó su primer proyecto: la revista escolar Student, que financiaba gracias a la publicidad que él mismo conseguía vender. Y desde entonces su vida ha sido un no parar de nuevos proyectos e ideas.
SUS EMPRESAS EN EL MUNDO DE LA MÚSICA
Después de aquella experiencia como editor de la revista escolar, su carrera empresarial comenzó gracias a su interés por la industria de la música. Abrió una pequeña tienda de discos en Londres a principios de los años 70, que poco después pasó a ser una compañía discográfica, Virgin Records.
El éxito llegó no sin antes pasar por diferentes vaivenes. Incluso acabó en la cárcel acusado de contrabando por vender discos sin tener las licencias necesarias. Problemas de desconocer el mercado… Pero con Virgin Records, el joven Branson pronto dio en el clavo: descubrió a un músico desconocido por aquel entonces, Mike Oldfield, y grabó su primer disco, ‘Tubullar Bells’. Fue el primer éxito de su discográfica, al que le seguirían otros de artistas como Sex Pistols, Phil Collins o los mismos The Rolling Stones. En 1991, Richard Branson vendió Virgin Records a la discográfica EMI, una operación con la que se embolsó alrededor de un millón de dólares.
NEGOCIO AERONÁUTICO
En paralelo a su negocio musical, Branson entraba en otras industrias que le apasionaban, por ejemplo el negocio de la aviación. Creó su compañía Virgin Atlantic Airways en 1984. En relación con sus empresas aéreas, Virgin ha sido noticia en los últimos meses: a finales del año pasado se concretaba la compra de su empresa Virgin America por parte de Alaska Airlines, en una transacción millonaria valorada en más de 680 millones de dólares. En el mes de marzo, Alaska anunció que, a partir de 2019, retirará el nombre Virgin de todas sus aeronaves, poniendo fin a esta aventura de Richard Branson en el mundo de las aerolíneas. Y tras los aviones o la música, llegaron también los hoteles, los viajes en globo, las compañías de tren, las financieras, las empresas de salud…
Virgin Group suma más de 60 negocios, con los que llega a más de 60 millones de clientes en todo el mundo y obtiene unos ingresos anuales de 24.000 millones de dólares. Empresas con 71.000 empleados en 35 países y un gran reconocimiento de marca a nivel mundial.
CARISMÁTICO Y CONTROVERTIDO
Uno de los últimos proyectos de Richard Branson es la empresa de viajes espaciales Virgin Galactic, en la que está enfrascado con otros millonarios como Larry Page, de Google. Pretende ser la primera agencia de turismo espacial financiada con fondos privados. Su objetivo a largo plazo, abrir el espacio al gran público a través de viajes espaciales. Un objetivo que va bastante en línea con su personalidad. Y es que Branson es un personaje polémico a la vez que carismático: no ha dudado en disfrazarse de azafata en alguno de los vuelos de su compañía, intentar dar la vuelta al mundo en globo (varias veces, fracasando todas ellas) o hacer pequeños papeles en la serie Friends y en películas como Austin Powers y Casino Royal. Todo por dar a conocer su marca.