Miguel Angel Zahinos pasó de ser un peluquero independiente con un pequeño negocio, a convertirse en un inversor con ocho centros de la marca Jean Louis David. Seguramente, si alguien le hubiera contado esto cuando abría su primera pequeña peluquería con tan solo 20 años, no lo habría creído…
UNA HISTORIA EMPRENDEDORA LARGA Y CONSOLIDADA
Miguel Angel lleva 24 años creciendo con la cadena JLD, aunque su experiencia como emprendedor viene de atrás. Durante 12 años estuvo al frente de su propia peluquería, pero las dificultades asociadas al día a día le empujaron a buscar un cambio: “Le dedicaba mucho tiempo al negocio, siempre tenía que estar en el establecimiento, además los resultados económicos eran ajustados y apenas tenía tiempo para formarme en las novedades del sector, así que busqué opciones para hacer cosas nuevas y cambiar procesos”, explica. En esta búsqueda, encontró la franquicia Jean Louis David. Y acertó.
Comenzó abriendo una franquicia de la marca en la que él mismo trabajaba de peluquero pero poco a poco fue saliendo del tocador para encargarse de la gestión del negocio desde fuera, sin necesidad de estar en el día a día de su peluquería.
A Miguel le fue muy bien con aquel primer centro JLD y estableció una estrecha relación con la marca. Tanto que hoy ya ha abierto ocho franquicias. “Y posiblemente abriré más. Si surgen nuevas oportunidades las aprovecharé”, explica Miguel.
¿Y LOS RESULTADOS?
Si un mismo franquiciado abre no una ni dos franquicias, sino ocho con una misma marca (y con previsión de seguir suman do), es que ese negocio funciona. “Gracias a la franquicia JLD he conseguido tener a mis equipos muy formados, siempre a la última en cortes, peinados, procesos… El saber hacer de Jean Louis David es realmente valioso y diferenciado de la competencia, tenemos acceso a las mejores innovaciones del sector. Todo ello permite una gestión del negocio muy optimizada, lo que mejora la rentabilidad sin dejar de lado la calidad del servicio al cliente a precios económicos. Si sigues los procesos y los pasos marcados por la franquicia, obtienes muy buenos resultados”, detalla Zahinos. Tan buenos son esos resultados que “cuando los comento con amigos peluqueros independientes, ¡ni me creen!”, exclama.
Miguel Ángel resulta un buen ejemplo de cómo es posible triunfar con Jean Louis David. Hace falta trabajar, como en cualquier negocio, pero este modelo de franquicia tiene todas las cualidades para ser un éxito. Empezando por la imagen de la marca, que actúa como un foco de atracción de clientes, pasando por la relación cercana con la central o toda la formación constante adaptada a las necesidades de cada franquiciado. “Jean Louis David es una marca seria y honrada, se nota, y eso es un aspecto básico cuando quieres abrir una franquicia”, concluye este emprendedor.