En 2013, Manuela Verdejo decidió dar un giro a su vida profesional y abrir su propia empresa. Eran los peores momentos de la crisis, pero esta emprendedora pensó que una panadería podía ser un muy buen negocio. “El pan es un artículo de primera necesidad”, se dijo. Y teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba el mercado, esto era un factor a favor.
Cinco años después, Manuela Verdejo sigue al frente de su panadería: emprendió junto a Granier, la marca que revolucionó el mercado y que hoy ha superado los 350 establecimientos en todo el país, además de contar con una red de locales importante fuera de España.
Con su llegada al mercado, Granier introdujo en el sector de las panaderías una gran innovación: una oferta de más de 50 variedades de pan y otras tantas de bollería, pastelería, bocadillos y otras comidas rápidas, además de cafés, tés, chocolates y diferentes bebidas calientes, junto con refrescos, helados y otras bebidas frías para el verano, además de smoothies. “Con método y trabajo, la franquicia Granier es un negocio rentable”, afirma Manuela, que nos cuenta más sobre su apuesta empresarial junto a la franquicia Granier.
FYN: ¿Qué te atrajo de la franquicia Granier?
M. V: Lo que nos llamó la atención fue la idea novedosa de introducir tantas variedades de pan y bollería, cosa que en Madrid en aquellas fechas no existía, todo hecho de forma tradicional, cociendo en el punto de venta, además con sala de degustación, que daba un valor añadido al negocio.
FYN: ¿Qué inversión inicial aproximada tuviste que hacer para poner en marcha la franquicia?
M. V: Invertimos unos 210.000€, IVA incluido. Todo con fianzas de local.
FYN: ¿Qué has necesitado para abrir el negocio?
M. V: El negocio requiere un local de unos 150 m2 en calle comercial con buen paso de personas. Parte del éxito está en la dedicación, aunque eso no quita que tengamos nuestros descansos como cualquier trabajador, pero siempre pendiente del negocio. Damos trabajo a 9 personas, 7 en jornada completa y 2 en media jornada.
FYN: Ahora que ya has montado la franquicia y llevas unos años al frente del negocio, ¿qué destacarías del soporte que recibes de Granier?
M. V: Del soporte del franquiciador destacaría el trato cercano y la buena disposición para solucionar los temas que puedan surgir en el día a día, además de la constante preocupación por innovar y mantener el negocio activo, sin perder la esencia del mismo: el pan natural y hecho con amor.
FYN: Cuéntanos, ¿cómo es tu día a día como franquiciada de este negocio?
M. V: Consiste en supervisar el producto que sacamos a la venta para que tenga la calidad que la marca requiere, además de llevar la gestión administrativa y del personal, implantar nuevo producto propuesto por la marca y supervisar las compras y producciones.
FYN: Según tu experiencia, ¿qué perfil tiene que tener un emprendedor para ser un buen franquiciado de esta cadena?
M. V: El perfil de emprendedor para este negocio es el de una persona con capacidad de trabajo para supervisar el negocio desde el punto de vista de la calidad del producto, con don de gentes para el día a día con el personal y los clientes, gestionando de forma ordenada la compra de productos y determinando las producciones más adecuadas en cada momento para obtener buenas rentabilidades.
FYN: Para terminar, ¿por qué recomendarías este negocio a otro emprendedor?
M. V: No voy a decir que sea fácil, como todo en la vida hay que trabajarlo, sentirlo y amarlo para que dé sus frutos, pero yo veo la vida así, hay que poner pasión en lo que se hace. Lo recomiendo.