Ana María Rodríguez y Sonia Cano son las franquiciadas de Sonrisa Blanca en Maurcia. Estas dos jóvenes emprendedoras nos cuenta su experiencia en el proceso de formación y apertura de esta franquicia especializada en blanqueamiento dental.

¿Qué características tiene Sonrisa Blanca para que decidieran establecer relaciones de franquiciado?
Sonia Cano: Creemos que es algo novedoso y asequible en los tiempos que estamos, recordando que la estética sigue siendo muy importante en la sociedad.

¿Cuál era su actividad profesional previa?
S. C: Ana trabajaba dedicada a las bellas artes y manualidades y yo trabajaba en comercio de alimentación. Esta área es todo un mundo por descubrir para nosotras.

¿Qué le hizo decidirse por el área de esta franquicia?
S. C: Pues aparte de ser un área que está en auge ahora mismo, creemos que es algo que todo el mundo ha pensado hacerse alguna vez, pero sin gastarse una elevada cantidad de dinero y sin ningún tipo de dolor y Sonrisa Blanca ofrece todo eso.

¿Fue un proceso sencillo?
S. C: Realmente sí, tanto Pilar como Fabrice e Iván (responsables de la franquicia) nos lo han puesto fácil.

¿En qué consistió el proceso de formación?
S. C: Dos días intensivos en el centro de SONRISABLANCA de Madrid, realizando prácticas y recibiendo información de todo tipo. Una buena oportunidad para estrechar lazos entre franquiciador y franquiciado.

¿Por qué ser emprendedor bajo una franquicia en lugar de un negocio individual? ¿Qué le hizo decidirse por la primera opción?
S. C: Pues realmente nos decidimos por la primera opción, en vez de emprender algo particular, porque una franquicia siempre tiene un respaldo, nos sentimos más ayudadas y siempre te pueden indicar el camino a seguir para que el negocio funcione.

¿Cómo ve el futuro de su negocio?
S. C: Francamente lo vemos con mucho optimismo y creemos que va a funcionar muy bien, en cuanto la gente tome conciencia de lo importante que es una SONRISABLANCA en la vida diaria, esto tiene que convertirse en un hábito más.