La historia La salud y la belleza se han convertido en un sector en auge en los últimos tiempos. Es un negocio que cada vez atrae a un número mayor de clientes, convirtiéndose en un sector económico con un gran potencial de crecimiento. En respuesta a esta demanda sin cubrir, nació Wellness Factory, centros destinados al cuidado de la salud, donde los protagonistas son los tratamientos y las terapias enfocadas al bienestar.
Servicios Los centros Wellness Factory ofrecen tratamientos y terapias personalizadas de manos de los aparatos tecnológicos más actuales del mercado. Servicios de Termoterapia, Presoterapia, Reflexología, Aromaterapia, Aire Activado, Renovación Celular, Electroestimulación Plantar… Un largo etcétera de terapias que consiguen dar al cliente un servicio completo de bienestar. Wellness Factory ofrece a sus clientes una serie de facilidades que hacen que se produzca una importante fidelización: precio y comodidad se dan la mano en los centros de la cadena. Así, visitar un centro Wellness Factory se convierte en un hábito para cada vez más clientes, lo que hace aumentar la rentabilidad de estos establecimientos.
Elevada rentabilidad Para convertirse en franquiciado de Wellness Factory se necesita una superficie de unos 120 a 160 metros cuadrados. Con una inversión inicial de 155.000 euros, los centros de la marca consiguen una facturación media para el primer año de actividad de unos 65.000 euros. El segundo año se experimenta un crecimiento de alrededor del 20%. Para la correcta gestión de un centro no se necesita de una gran plantilla: se requieren dos personas, preferiblemente a media jornada, lo que favorece que el franquiciado reduzca costes al no tener personal contratado. La Central de Franquicias se hace cargo de la formación tanto del franquiciado como de las personas que trabajen en su centro.